La jornada se dio con una estructura más cerrada que en otras ocasiones. Había una base usual de 9 jugadores:
Doncic, Heurtel; Landesberg, Ponitka, Neal; Tomic,
Shengelia y Norel (o Thompson, casi con el mismo resultado). Las diferencias iban a estar solo en los otros tres jugadores, uno por posición, de los que dos tenían que ser bandera. La probable baja de San Emeterio aclaraba que los cupos iban a tener que ir en el base y el pívot. Así, las opciones mayoritarias eran:
Granger (-1) o
Jaime (14.4); Nedovic (24), Bendzius (20), Blazic (2.4), Schilb (6), Popovic (21) o Beaubois (8.4);
Suárez (9),
Tavares (13.2) u
Oriola (17). En la elección del base había 15.4 de diferencia entre la mejor y la peor opción, en los aleros fue de 22 y en el pívot se podían ganar o perder 8 puntos.
Yo, una vez más, fallé donde más había que perder: elegí a Blazic buscando un pico. Fue el único alero prioritario de mi selección que no cumplió. ¡Qué puntería! No pierdo mucho porque al menos acerté con Jaime, pero la tendencia sigue siendo nefasta: del 58º caigo al 61º de la general (245.4 puntos en la jornada). La mayor parte de mis equipos siguen ese patrón apuntado en el párrafo anterior, con lo que oscilan desde la bajada moderada hasta una subida considerable, en función de la elección del alero (porque huí de forma generalizada de Granger).
Aprovecho y hago un repaso de cómo me va en el juego, que hace tiempo que no comento más allá de mi mejor y el equipo del blog. Como dije al principio, hice 16 equipos de valoración y 3 equipos de broker creados en la segunda jornada. Mi segundo lleva una tendencia similar a la del mejor, desde que rozó el Top 100 no hace más que bajar: ya está el 304º. El siguiente entró esta jornada en el Top 1000, porque allí acerté la combinación buena —Jaime, Popovic y Oriola— y subió casi 300 puestos para situarse el 855º. Estos tres equipos, a pesar de todo, van mejor de lo que he quedado nunca a final de temporada (recuerdo que soy un jugador mediocre, como ya apuntaba en el primer artículo, con un 890º como techo desde hace un montón de años). No abandoné ninguno de los equipos, el peor va casi el 11000 —tras varias jornadas de bajada— y tengo 11 de los 16 en el Top 5000. Todo mediocre. Como debe ser. El 15º de los 16 es un equipo particular que cree como experimento. Como novedad, este año se facilita en el mercado el porcentaje de equipos que llevan a cada jugador. Con ese dato, jornada a jornada, confecciono un equipo con el nombre de Popular que recoge esos jugadores más llevados, con ciertos ajustes manuales para cumplir con los cupos y ajustarme al presupuesto. Esta semana hizo 260.4 puntos, más que mi mejor, y se sitúa el 8639º. Está más arriba de lo que me figuraba.
Los tres equipos de broker van en el Top 100. Es mucho más fácil llegar al Top 100 en una específica, porque hay muchos menos managers que las disputen. Como decía en aquel primer artículo, en esta década todavía no he quedado ninguna vez en el Top 1000 de la general de valoración, no obstante, en las dos últimas temporadas hice Top 100 en broker con equipos creados en la segunda jornada. Van el 96º, 73º y 38º. Si en los de la general la tendencia es negativa, los de broker no dejaron de escalar posiciones en toda la temporada. Ahora he llegado al techo (he reunido demasiados jugadores con subidas complicadas, así que me va tocar bajar posiciones). He arriesgado mucho en las ultimas semanas y me ha salido bien, con jugadores que necesitaban mucha valoración para subir de precio, como Landesberg, que me dio más de 230 mil euros en estas cuatro jornadas. La estrategia que sigo la expliqué en el artículo de la segunda jornada.